Todo lo que comemos o bebemos contribuye a poner o a quitar energía y salud de nuestro cuerpo.
Existen alimentos que podrían considerarse de salud y vitalizantes como son las frutas, las verduras, las legumbres, etc.
Y existen otros alimentos que sobrecargan nuestro organismo y lo llenan de desechos tóxicos como son las grasas saturadas, el exceso de proteínas de origen animal y los alimentos saturados de azúcares o demasiado refinados.
Lo que sentimos y cómo lo vivimos también contribuye a que nuestra salud sea más estable o se resquebraje, de tal forma que podríamos decir que una persona feliz tiene menos posibilidades de enfermarse o de hacerlo que otra que esté sola y se sienta triste y abatida.
¡ Incluso la recuperación de la primera sería más rápida!