martes, noviembre 28, 2006

Para la Salud

La Madre Teresa de Calcuta, que dedicó toda su existencia a atender y llenar de amor la vida de los enfermos, decía que la peor enfermedad, la más detructiva, la que más salud arruinaba, era la soledad.

Recuerdo mi infancia y la vida tranquila del pueblo, donde nadie estaba sólo, dónde todos sabíamos el nombre del resto de los vecinos y nos preguntábamos cómo nos iban las cosas. Si te encontrabas mal, siempre tenías a quién contárselo y si te enfermabas, tu puerta se abría varias veces al día y escuchabas aquello de : ¿Cómo va eso?... ¿Necesitas algo?... ¡cuánto sanaba esto!

Es un hecho, aceptado en psicología, que un entorno de atención y cariño, ayuda a sanar más rápidamente, e incluso aumenta nuestra capacidad de defensas para que no enfermemos.

Chopra, endocrino educado en Europa, pero con sabias raíces en la medicina china, explica que las medicinas, tanto químicas como naturales, poco pueden hacer cuando el enfermo se encuentra en un medio hostil de desamor y carente de afectividad. pero que las mismas medicinas son muy eficaces cuando el enfermo se mantiene en paz y rodeado de cariño.

Regresando a la Madre Teresa de Calcuta, recordemos cómo aplicaba ella las medicinas a sus enfermos para conseguir buenos resultados: con mucho amor. Ella lo tenía muy claro y siempre lo decía: "Las manos que curan son las manos que transmiten amor".

Tengámoslo en cuenta: Medicinas para el corazón, píldoras para el cariño, sonrisas y ternuras para el alma, esta es la base para que los jarabes, las pastillas, las plantas, o cualquier otro remedio, nos cure.
Celeste